miércoles, 18 de enero de 2017

LA UNIDAD NACIONAL Y EL CONGRESO DE LA UNIÓN

la Comisión Permanente ha sido una institución que a manera de apéndice del Congreso ha pretendido suplantar o sustituir a éste o a sus Cámaras en la importante y delicada tarea del control político durante los prolongados recesos parlamentarios, lo cual dado su déficit representativo, por su impropia y reducida composición, así como por su  inadecuado procedimiento para la elección de sus miembros, y por sus poco claras e ineficientes reglas de funcionamiento, han hecho que no haya cumplido cabalmente con su misión, convirtiéndose en un órgano burocrático y de simples trámites que más que control y freno del Ejecutivo se ha vuelto comparsa e incluso cómplice de éste en muchas ocasiones.

Lo cierto es que este órgano no ha podido realizar de manera eficiente su cometido, y lejos de ello representa un resabio de  épocas pasadas,  que ya no va acorde con los tiempos actuales que hoy vivimos, y  no aporta nada ni contribuye a la consolidación del régimen constitucional que reclaman las necesidades del México de hoy.

Por todo lo anterior se ha considerado que una reforma pendiente y muy importante para el Poder Legislativo sería ampliar la duración de los periodos ordinarios, pues al contar con periodos ordinarios tan cortos los legisladores no pueden desplegar cabalmente sus facultades de control sobre la administración pública, ni descargar la gran cantidad de asuntos sobre los que tienen competencia.

Por otra parte, dada la inadecuada conformación y representación de la Comisión Permanente se ha señalado que esto debiera también repararse desde el punto de vista numérico, integrándola en proporción al número de diputados y senadores que existen en cada Cámara Considerando la participación de todas las entidades federativas, así como tomando en cuenta también el número de representantes existentes de los diversos partidos incluyendo por supuesto la participación de las minorías.

Más aún, desde mi particular punto de vista considero, que sería quizás mucho mejor suprimir  los recesos parlamentarios, y por tanto eliminar de igual manera a la Comisión Permanente, estableciendo  la obligación del Congreso de laborar de manera continua por año legislativo, a lo largo del cual desarrollaría de manera permanente y constante sus diversas tareas y funciones tanto legislativas como de control. A este respecto vale la pena mencionar que una decisión semejante ha sido adoptada ya por la Constitución Política del Estado de Michoacán, mediante reformas de los años 2002 y 2003, en virtud de las cuales se suprimió la Diputación Permanente y se estableció la obligación del Congreso de sesionar por años legislativos completos y sin recesos Considero que una reforma a la Constitución General de la República en este sentido sería pertinente, y de esta manera al tener presente siempre durante todo el año al Poder Legislativo Federal trabajando, se cumpliría mejor su cometido, pues no se romperían la continuidad de los trabajos legislativos y se realizarían de una mejor manera las tareas de control político sobre el Poder Ejecutivo abatiéndose también de manera importante el enorme rezago legislativo que adolece nuestro país.

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